El té blanco se cultiva a partir de la planta Camellia Sinensis. Pero, en este caso, las hojas se recogen manualmente antes de que estén completamente abiertas. Debido a que aún están cubiertas de pelo blanco fino se llama té blanco. Y debido a su cuidadosa elaboración y secado natural, las hojas conservan todo su contenido de antioxidantes.
HISTORIA
El té blanco se originó en China. Sin embargo, la historia del té blanco es controvertida y complicada. Encontrar una cita adecuada no es tarea fácil. Cuando se trata de tés Chinos, el conocimiento es en general transmitido de forma oral. Estudiosos y mercaderes generalmente divergen sobre cuando empezó la producción de té blanco (como es conocido actualmente en China). Lo que se sabe es que lo que se conoce hoy como té blanco fue creado el las últimas dos centurias.
Durante siglos, el té blanco era el máximo lujo, reservado sólo para el emperador de China. Sigue siendo raro, y sin cambios hasta el siglo XIX, cuando comienzan a cultivarse diferentes variedades. Y a exportarse a los países asiáticos vecinos, donde la tradición del té era muy fuerte. La exportación a occidente es un hecho reciente en la historia del té blanco. Y, ha aumentado su demanda en las últimas décadas. Principalmente debido a los beneficios de los antioxidantes a la salud. Sin embargo, las estrictas normas acerca de cuándo y cómo el té blanco se recoge y se trata. Hacen de este delicado té, un producto raro, caro y exclusivo, un brebaje hecho para los emperadores.
EL COLOR Y EL SABOR DEL TE BLANCO
Raro en apariencia y de sabor agradable. El té blanco debe su nombre a los finos pelos de color blanco plateado en las yemas sin abrir de la planta del té. El té de la más alta calidad blanca, aguja de plata, se compone únicamente de estos brotes y es hermoso para la vista.
La bebida tiene un sabor ligero, delicado, ligeramente dulce, que agudiza los sentidos sin sobrecargar la lengua.
Tiene menos cafeína que el té negro o verde, y mucho menos que el café, por lo que es una excelente opción para aquellos que deseen reducir la cafeína.
PROPIEDADES Y SALUD
El té blanco destaca por ser el antioxidante más potente de la Naturaleza. Contiene polifenoles naturales, un fitonutriente que se piensa es responsable de los beneficios a la salud que produce el té. Además, contiene grandes cantidades de catequinas. Este compuesto puede disminuir las placas arteroesclerósicas, reducir los carciomas, reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular, una insuficiencia cardíaca, el riesgo al cáncer (la formación de un tumor), la diabetes y la protección de la piel por un daño causado con radiación ultravioleta.
El té blanco es cien por cien más eficaz que el té verde, al contener tres veces más prolifenoles. Estos polifenoles, entre otros aspectos ayudan a aumentar las defensas y neutralizan la actividad de los radicales libres. Además, es capaz de proteger la producción de lípidos mejor que el té verde. Por lo tanto, el té blanco es mucho más eficaz y potente que la vitamina E y la vitamina C juntas.
Se trata de una bebida sana igual de consumida que el té verde, aunque quizá menos conocido que el té rojo. No en vano, muy pocas personas conocen realmente que el té blanco es muchísimo más rico en antioxidantes que el té verde.
Como todas las variedades de tés, es una bebida baja en calorías. Por lo tanto, se convierte en un líquido saludable que además de ser rica en propiedades para disfrutar de una buena salud, resulta útil para adelgazar y perder peso. Por este motivo, es una bebida natural que no puede faltar en ninguna dieta de adelgazamiento.
También es ideal para depurar nuestro organismo y ayudar a nuestro cuerpo en el proceso natural de eliminación de toxinas.
CONCLUSIONES
Se considera al té blanco como una bebida de futuro porque tiene efectos positivos sobre algunas de las grandes enfermedades del siglo XXI. Es el caso de los trastornos cardiovasculares. Algunos estudios apuntan a que hay un descenso estadístico de derrames cerebrales entre los consumidores regulares de esta bebida. Además, ayuda a reducir el colesterol y la hipertensión, por lo que el corazón también se ve fortalecido. Por otro lado, muchas investigaciones en curso apuntan a que tomar té blanco con regularidad también es un método de prevención del cáncer, en especial el de colon, estómago y próstata.
Más allá de esto, los beneficios del té blanco son numerosos. Por ejemplo, su efecto ‘detox’, es decir, que tiene presencia de nutrientes anti-oxidantes y anti-envejecimiento. Una de las grandes beneficiadas por ello es precisamente la piel, recuperándola y previniéndola de daños como el estrés o el sol. Además, cabe mencionar el fortalecimiento de los huesos y su contribución a unas encías y dientes sanos.
El té blanco ha mostrado protección contra ciertas bacterias patógenas, como la Salmonella tryphimurium. Los antioxidantes presentes en el té blanco pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunitario, particularmente en animales y humanos inmunocomprometidos.
PREPARACIÓN
- Preparamos una taza con un filtro donde ponemos 2 cucharaditas de TE BLANCO por taza que queramos preparar.
- Hervimos el agua a 70ºC y lo vertimos en la taza.
- Lo dejamos infusionar durante 3 minutos.
- Retiramos el filtro con el té.
- Endulzamos al gusto (podemos hacerlo con estevia añadiendo a las dos cucharaditas de té blanco iniciales media cucharadita de estevia).
- Ya podemos disfrutar de nuestro «té emperador» y beneficiarnos de todas sus propiedades.